El Real Madrid se cansa de Gareth Bale. El último episodio protagonizado por el futbolista con su selección ha provocado una enorme indignación en el club, incluyendo a sus propios compañeros. En el seno del vestuario madridista ha molestado en exceso el nuevo feo de Bale al club, al entenderlo como una falta de actitud y compromiso importante.
Después de no estar disponible en los dos últimos meses para ayudar al conjunto blanco a consecuencia de una lesión, el jugador se marchó con Gales –pese a que los médicos le frenaron para no jugar ante el Rayo por el riesgo de recaída– donde sí que lo hizo y como titular. Duró 45 minutos, que fue lo que tardó en resentirse de sus problemas. Ahora, estará otras tres semanas como mínimo alejado de los terrenos de juego, condicionando directamente al equipo.
Pese a sus constantes ausencias, sus propios compañeros ven en Bale a un recurso más que fiable a la hora de sacar los resultados adelante. Entienden que un jugador de su calidad puede aportar mucho al equipo si está en buenas condiciones, pero el galés no parece por la labor de hacerlo. Su compromiso siempre ha estado en entredicho, pero ahora mismo –en su última temporada de contrato– lo está más que nunca.
Dentro del gran ambiente que se respira en Valdebebas, Bale es la nota discordante. El pasotismo que muestra ha terminado por hartar al núcleo duro de la plantilla, conscientes de la exigencia que tienen todos al estar en un club como el Real Madrid, y su actitud no deja de sorprender, más allá de que sea la tónica habitual desde hace varias temporadas. Son varios los que consideran que un jugador de sus características, que puede llegar a ser muy importante para Ancelotti, debería dar más y estar más comprometido con el club y, sobre todo, con ellos mismos.
Últimos meses en el club
En el vestuario achacan la situación de Bale a dos principales motivos. El primero sería sus motivaciones personales, mientras que el segundo tiene que ver con su situación contractual. El atacante está únicamente concentrado en alcanzar el Mundial con Gales y, como se ha podido ver durante este parón, es para lo que trabaja diariamente. A eso se suma que es consciente de que esta será su última temporada en el club, dado que el Real Madrid no está dispuesto a ampliar la vinculación de su contrato más allá de junio de 2022.
El extremo tiene marcado como el único objetivo que le queda por cumplir en su carrera el jugar un Mundial. Sería un hecho histórico para el fútbol del país verles en la cita de Qatar y tienen una oportunidad que probablemente tarde mucho en volver a presentarse. En este parón, sólo se jugaban el poder ser cabezas de serie en la repesca, más allá de una remota posibilidad de ser primeros que quedó descartada a las primeras de cambio, y el motivo fue lo suficientemente importante para que Bale forzase, a sabiendas del riesgo alto de recaída.
Ahora, volverá a Valdebebas con un clima más en contra aún de lo que ya era tras su marcha en este parón. Bale no estará a disposición de Ancelotti, como mínimo, durante las próximas tres semanas tras una nueva lesión en su sóleo derecho. Podría incluso no volver a enfundarse la elástica del Real Madrid más. Y, es que, más allá de que el club no valora la posibilidad de renovar su contrato, se estaba barajando antes del parón internacional el rescindirlo en el próximo mercado invernal.
Tal y como avanzamos en DIARIO MADRIDISTA de OKDIARIO, en el club no descartaban el darle la carta de libertad, a pesar de que le quedarían aún seis meses para agotar su vinculación. El hecho de que acudiese a la convocatoria con Gales, tras dos meses y medio sin jugar con el conjunto blanco, no sentó nada bien. Un mosqueo que ahora es mayor y que ya afecta incluso a nivel de equipo.
